Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

miércoles, 20 de octubre de 2010

Una reseña de un amigo mío, Fernando Martínez:




BLOOD MONEY, El valor de una vida
EEUU, 2010

Valiente y valioso documental sobre la durísima realidad del aborto. Apoyada solamente en testimonios de exabortistas, mujeres arrepentidas que abortaron voluntariamente, médicos, juristas, voluntarios pro-vida, etc. la película no muestra una sola imagen en la que se vea la realización de un aborto ni los cadáveres de los niños abortados. De indiscutible interés para todo aquel que esté interesado en la lucha por el derecho a la vida y en desenmascarar la masacre de millones de inocentes que destroza la vida a sus madres y enriquece impunemente a sus asesinos.

Centrada en el contexto estadounidense, tiene la dificultad para los demás públicos de comenzar con un análisis de la situación legal actual y del cómo se ha llegado a ella en los Estados Unidos. Superado este punto, y al margen del análisis de las consecuencias racistas que tiene para la minoría negra de este país, que es con diferencia la que más sufre el impacto del aborto legalizado, la película no tiene desperdicio por la autenticidad y la fuerza de todos los testimonios que recoge.

Además de los aspectos citados, el documental analiza las consecuencias médicas y psicológicas para las mujeres que abortan, la trama empresarial extraordinariamente lucrativa que existe en el negocio del aborto y sus conexiones políticas, la realidad objetiva de lo que supone la realización de un aborto y sus riesgos médicos, y en conjunto las consecuencias devastadoras para la sociedad de esta aberración.

La versión distribuida en España incorpora un epílogo elaborado mediante entrevistas a distintos responsables de organizaciones pro-vida sobre la situación española.

Sin duda recomendamos la película pero, a pesar de su indudable interés, y aunque no recoge imágenes desagradables ni violentas, no es adecuada para personas que puedan tener una sensibilidad especial ante la dureza de los testimonios que recoge, especialmente cuando se describen casos concretos de complicaciones quirúrgicas en la realización de abortos.

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