Siento mucho los retrasos, actualizaré el blog de vez en cuando, pero tened paciencia, please:



La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

viernes, 27 de julio de 2012

Nueva tanda de entradas

Me he dado cuenta de que en muy poco tiempo el artículo que redacté sobre la maldición de la higuera ha alcanzado un éxito de entradas notable. Por eso, a partir de ahora voy a comenzar a comentar los evangelios despacito, escena por escena.

Voy a tratar de desgranarlos no sólo para hacerlos comprensibles, sino para que podamos contemplar a Jesús y que esta contemplación mueva nuestros afectos, de tal modo que no nos guiemos por el voluntarismo, sino que sea un amor real a Jesús lo que mueva nuestras vidas a cumplir su Voluntad. Espero que podáis disfrutarlos...

Empezaremos por el evangelio de San Marcos e iremos contemplando distintas traducciones e incluso la misma escena en distintas Biblias para observar las diferencias de interpretación. No va a ser un trabajo teológico, no os preocupéis. No trato de hacer avanzar la ciencia, sino que podamos disfrutar con la lectura de la Palabra del Señor.

Además, sinceramente, es lo que prefiero comentar. Cada vez me cansa más dar argumentos de razón a las cuestiones controvertidas de la fe. Prefiero acudir sin peleas, con una fe de niño, sencilla, al fundamento de la Verdad y ver cómo lo interpreta la Iglesia; la auténtica maestra; a lo largo de los siglos. Estudiar cómo podemos aplicarlo nosotros a nuestra vida cotidiana y ya veréis cómo con este esfuerzo de la fe acabaremos con todas nuestras dudas.

Antes de nada quisiera recordar un texto de San Pablo, que puede ser muy ilustrativo para conocer hasta qué punto es necesario ver lo que dice la Iglesia en estos temas: "La Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la Verdad" (I Tim. 3, 15). De alguna forma podemos decir que la Verdad se sostiene no tanto en la Escritura sino en las enseñanzas de la Iglesia, que es al fin y al cabo la que reconoce como inspiradas determinados escritos y otros no. Es la Iglesia Santa la que reconoce la inspiración del Espíritu Santo en las Sagradas Escrituras. Por eso mismo, es la Iglesia la interpretación auténtica de la Palabra de Dios.

En ningún lugar de la Escritura encontramos el manido dicho de "Sola Schriptura", sin embargo sí que nos encontramos con textos que afirman la autoridad de la Iglesia para interpretar la Escritura. Para una explicación de esto, pincha aquí abajo:

Artículo sobre la libre interpretación de la Escritura. 

Un abrazo

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