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La vida de un sacerdote en Madrid es algo compleja, hacemos lo que podemos y que Dios ponga el resto. Si quieres contribuir pide a Dios que nos envíe más sacerdotes.

Un fuerte abrazo

martes, 12 de febrero de 2013

La renuncia del Santo Padre

Vamos a dividir este artículo en cuatro fases:


  1. El discurso íntegro del Santo Padre;
  2. La legislación canónica pertinente;
  3. Antecedentes históricos y repercusiones posibles;
  4. Visión personalísima de los acontecimientos.

1.- El discurso íntegro del Santo Padre, recogido directamente de la página de la Santa Sede (www.vatican.va):

Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013.
BENEDICTUS PP XVI



2.- Legislación canónica pertinente:

332 § 1.    El Romano Pontífice obtiene la potestad plena y suprema en la Iglesia mediante la elección legítima por él aceptada juntamente con la consagración episcopal. Por lo tanto, el elegido para el pontificado supremo que ya ostenta el carácter episcopal, obtiene esa potestad desde el momento mismo de su aceptación. Pero si el elegido carece del carácter episcopal, ha de ser ordenado Obispo inmediatamente.

 § 2.    Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie.



3.- Antecedentes históricos y repercusiones posibles:

Vemos que lo único que exige la Iglesia para que un Papa renuncie es que sea libre y se manifieste formalmente. Evidentemente, al ser la máxima autoridad en la Iglesia, nadie tiene que aceptar su renuncia para que sea efectiva. El Santo Padre decide, en este tema, lo que quiere.

Como la historia es la que más nos puede enseñar en este tema, veamos qué lecciones nos da.

Éstos son los Papas que renunciaron a lo largo de la historia:

88-97: Clemente I renuncia a favor de Evaristo , porque tras ser arrestado y condenado al exilio decidió que los católicos no se quedasen sin un guía espiritual.
230-235: Papa Ponciano dejó su cargo a favor del Papa Antero al haber sido enviado al exilio.
536-537: Papa Silverio fue obligado a renunciar a favor del Papa Vigilio.
10 de marzo al 1 de mayo de 1045: Benedicto IX abdica en un primer momento a favor de Silvestre III y después retomó el cargo para pasarlo a Gregorio VI, quien fue acusado de haberlo adquirido ilegalmente y decidió también renunciar.
29 de agosto al 13 de diciembre de 1294: El caso más conocido fue el del papa Celestino V, quien ha pasado a la historia como el pontífice del "gran rechazo", pues su pontificado duró del 29 de agosto al 13 de diciembre de 1294 y después se retiró a una vida de ermitaña. Tras su renuncia fue elegido Bonifacio VIII.
1406-1415: El último papa que renunció fue Gregorio XII, que vivió el llamado Cisma de Occidente, en el que coincidieron tres papas al mismo tiempo: además de Gregorio XII, el papa de Roma; Benedicto XIII, el papa de Avignon, y el llamado "antipapa" Juan XXIII.
Con el concilio de Constanza, el emperador Segismundo obligó a dimitir a los tres pontífices, pero sólo Gregorio XII obedeció y después de él fue elegido Martín V.
2005-2013: Benedicto XVI anuncia su renuncia al cargo por “falta de fuerzas”.
Con la historia de la Iglesia aprendemos que excepto el caso en que rechazó el cargo para que la Iglesia no se quedara sin cabeza visible, pues le prohibían ejercer su ministerio, el resto de los casos han sido tremendamente dañinos para la vida de la Iglesia, pues el Papa que dimitía, posteriormente al considerar que su sucesor no era digno, trataba de influir en algo. Las únicas excepciones son Gregorio XII y San Celestino V.
Estudiemos cada caso: A.- Gregorio XII.- Fue elegido por unos cardenales que no habían sido válidamente nombrados, de modo que se convertía en uno de los problemas más graves de la historia de la Iglesia. Por lo que no puede considerarse como un Papa que renunciara porque era un anti-Papa. Además murió antes de que nombraran al Papa que reunificaría la Iglesia de Occidente: Martin V.
De modo que sólo nos queda, como única excepción la de San Celestino V. Es curioso, en las crónicas sólo se dice que se retiró como ermitaño. Lo que no se dice es que Bonifacio VIII, uno de los Papas de hierro de la Iglesia, al no fiarse del silencio del pusilánime San Celestino V, decidió "mejorar" su ermita encerrándole de por vida en una mazmorra vaticana. Así garantizaba que no hubiera problemas.
De modo que aunque los Papas puedan renunciar, pocos casos ha habido. ¿Cómo es posible que Benedicto XVI decida tomar una salida que habitualmente siempre ha termino mal?
Él mismo ha decidido cómo va a evitar que nadie pueda manipular nada de lo que diga en perjuicio del nuevo Papa. Desde que su renuncia sea efectiva hasta que se reúna el cónclave para elegir a su sucesor, Benedicto XVI, Joseph Ratzinguer, se retirará a Castel Gandolfo y no aparecerá en el cónclave. Desde ese momento, la Iglesia estará en Sede Vacante y cuando se elija al nuevo Pontífice, Joseph Ratzinguer se retirará a un monasterio de clausura dentro de los Estados Vaticanos; para garantizar su silencio y su paz; que nadie pueda molestarle desde entonces.

4.- Visión personalísima de los acontecimientos:
Personalmente, creo que es un gran acierto. Desde el comienzo de su pontificado muchos han comparado a Benedicto XVI con su antecesor, tildando a Juan Pablo II de "Magno", negando que pudieran compararse.
Creo yo, que este juicio es injusto porque Benedicto XVI en muchos temas ha superado a su antecesor que como polaco y oriental todavía estaba anclado en el viejo sistema eclesiástico. De ahí sus errores en el pontificado, ocultando los casos de curas pederastas para evitar el escándalo de los sencillos. Hoy sabemos que era un error, entonces no sé qué hubiera decidido yo, en todo caso quizás intentara solucionar el daño sin que apareciera en la opinión pública. La Iglesia siempre ha tenido mucho miedo al escándalo.
Benedicto XVI ha resultado tener una inteligencia mucho más adaptada a nuestra sociedad contemporánea eligiendo otro camino: el trabajo sencillo, la reforma de la curia que tanto daño hizo a la Iglesia y exigiendo claridad ante las graves ofensas a la dignidad de la persona que algunos clérigos ocasionaron. La pretensión de Benedicto XVI fue siempre la de colaborar  con la justicia para llevar a la cárcel a estos monstruos y, por supuesto, arrancarles del ministerio sacerdotal. Que jamás pudieran volver a hacer daño a nadie. Aunque ello desencadenara repercusiones públicas, a las que él jamás tuvo miedo, como hoy también ha demostrado.
Una persona me ha dicho que es difícil medir el daño que puede ocasionar en la opinión pública esta renuncia del Papa. A mí me queda claro que la Iglesia no es un partido político. Tenemos que cumplir la voluntad de Dios, tenemos que ser fieles a nuestra conciencia rectamente formada aunque pueda tener consecuencias perjudiciales ante la opinión pública. A mí me importa la opinión de Dios, no la opinión pública.
El contraste en la decisión que cada uno tomó en la última etapa de su vida también demuestra lo diferentes que eran. Juan Pablo II ofreciendo su dolor, su sufrimiento y su postración como testimonio profético contra la utilización de las personas. Benedicto XVI juzgando, con conciencia clara que sus limitaciones perjudicaban a la Iglesia y que ya no tiene fuerzas para desempeñar la autoridad de Pedro. Benedicto XVI nos da hoy una lección impresionante sobre lo que significa la palabra "autoridad", en la Iglesia siempre ha significado "servicio". De hecho, los Papas, desde San Gregorio Magno, usan la expresión "servus servorum Dei" para referirse a su ministerio: "Siervo de los siervos de Dios".
Cree Benedicto XVI que si la autoridad petrina es un servicio, en cuento no pueda ser desempeñado correctamente ese servicio también debe dejar de detentar la autoridad. Quizás viendo cómo la Curia (a la que ha intentado reformar con duras decisiones) pudo aprovecharse de la vejez del anciano Juan Pablo II haya podido decidir que asuma el timón de la Iglesia otro al que no le fallen las fuerzas, como él está viendo que cada vez le faltan más.
En todo son dos decisiones que eran necesarias en nuestra época. Podríamos asumir las dos como un compendio sobre la autoridad: "En esta vida lo más importante no es ser útil sino ser amado y amar" y"Sirve con toda el ama, con toda tu inteligencia, con todas tus fuerzas y cuando te falten, no quieras ser imprescindible".
Cada uno tomó su decisión y yo creo que cada una fue necesaria y un testimonio evangélico de gran envergadura. Los dos deberían ser considerados como "Magnos". El problema es que ese calificativo se usa para comparar y éstos Papitas que hemos tenido son incomparables a cualquier otro.
¡Qué grandeza de espíritu ha demostrado Benedicto XVI! no dejando que el recuerdo de su amado antecesor dictara las decisiones que él y sólo él ha debido tomar. Menuda libertad de corazón ha manifestado al mundo con todas y cada una de las elecciones que ha firmado en estos ocho años de pontificado.
Hay mucha gente que anda absolutamente afectada y perpleja ante esta decisión del Papa. A mí no me quita la paz. Quien rige los destinos de la Iglesia es el mismo Cristo y a mí no me salva ningún Papa, sino sólo Dios. Por eso, no me queda ninguna duda sobre que el nuevo Papa será el que el Espíritu Santo suscite en el corazón de los cardenales electores. Sólo nos queda rezar por el Papa que tenemos y por el que vendrá para que siempre sean fieles a lo que Dios les  pida.
Cuando elijan al nuevo Papa le obedeceremos igual (o mejor) que lo que hemos obedecido a Benedicto XVI, rezamos por él lo mismo que por los otros, aprenderemos de él (más o menos) estudiando todo el Magisterio que nos ofrezca y aprenderemos a amarle como hemos procurado amar a todos. De hecho, ya tenía más cariño a Benedicto XVI que a Juan Pablo II porque le entendía mejor, me caía humanamente mejor y siempre le ví más sencillo, más proclive al trato de tú a tú con los pequeños. Así que aunque dentro de poco deje de ser mi Santo Padre, seguiré rezando por él con todo mi corazón. Pero si algún día tratara de corregir, enmendar o imponerse al nuevo Papa que elijan en cónclave, nunca le escucharía porque el Papa será quien sea no quien fue. No hay opción al cisma. Ya sea "progre" o "carca", ya sea gordo o delgado, ya sea guapo o feo, joven o viejo, quien salga elegido en el Cónclave, ése será mi Papa.
Si os queda alguna duda, por favor, comentadla y trataré de aclararla...
Muchas gracias


2 comentarios:

  1. Muchas Gracias.
    No había tenido tiempo de leerlo hasta hoy.
    Es lo más aclaratorio, claro y valiente, así como veraz después de muchas cosas extrañas que he leido ocasionalmente, en especial en la prensa anti-vaticana.
    Ya no solamente creo que hay que rezar por el papa, nuevoy futuro, sino por sus pastores que saben atreverse a explicarnos con sinceridad y veracidad las cosas.
    Gracias, nos ayuda más a querer nuestra Iglesia, como esposo diria que querer con mayúsculas, con sus virtudes y defectos....sin renunciar a colaborar para cambiar o disminuir sus defectos.
    ¡¡¡¡ Gracias cura valiente !!!!

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